La novia comparte un momento íntimo con la reina dejando a todos asombrados

La familia real británica no es ajena al centro de atención, pero el día de una boda real, la presión se multiplica por diez. Con millones de admiradores sintonizados y tantos críticos esperando entre bastidores, es absolutamente imperativo que la ceremonia se desarrolle sin problemas. Pero incluso la familia real no puede prepararse para todo.

Cuando los recién casados caminaron por el pasillo para saludar al público, toda la iglesia contuvo la respiración cuando se detuvo frente a la reina Isabel. Ante toda la congregación, la princesa hizo un gesto inesperado que dejó a todos saber cómo se sentía realmente por su abuela.

Día de la boda

Un día de enero de 2018, Eugenie agarró con entusiasmo el brazo de su padre. Su otra mano sostenía un hermoso ramo, como si necesitara otro recordatorio de que era el día de su boda. La princesa recordó todo lo que la llevó a este momento conmovedor.

Los primeros años

No muchas niñas nacen literalmente en la realeza. Pero como hija de Sarah Ferguson y el príncipe Andrés, duque de York, Eugenia se encontraba exactamente en esa situación. Por supuesto, sus posibilidades de convertirse en reina eran casi nulas.

Trabajo real

Creció fuera del alcance de la corona y todas sus fortunas. Los miembros de la familia considerados "miembros de la realeza que trabajan", debido a su proximidad al trono, recibieron una generosa asignación del Privy Purse.

Sin trono, sin problemas

Pero como hija del segundo hijo de la reina Isabel y el príncipe Felipe, Eugenia nunca tendría acceso a ese tesoro. Aun así, ella nunca quiso nada. Era una niña perfectamente feliz, aunque no ajena a las controversias familiares.